Una mano traumatizada representa un reto para el médico que hará la valoración de la misma. La mano, tomando en cuenta desde la muñeca consta de 27 huesos, 17 músculos cuyo origen e inserciones se encuentran en la misma mano, 24 tendones que se insertan en la mano. Pero se originan en el ante brazo para la flexión y la extensión de la muñeca y los dedos; y 4 músculos para la rotación del ante brazo y la mano, diversas articulaciones y un complejo de arterias, venas y nervios, que dan la función y sensibilidad a la mano independientemente de la piel y sus anexos como las uñas. Todos estos elementos funcionan en todo momento de manera armónica para realizar la gran variedad de movimientos y funciones propias de la mano. Es posible que un traumatismo altere alguno de estos elementos y se pierda la armonía provocando trastornos importantes en las funciones de la mano.
Por lo anterior, es de suma importancia que la mano sea valorada por un especialista en el tema. Ya que con frecuencia se pasan desapercibidas lesiones significativas, que ni siquiera se llegan a sospechar. Y los pacientes son referidos al especialista en mano, ya que se presentan las secuelas a corto, mediano o largo plazo.
Los cerrados de mano se refieren a lesiones que no ocasionaron heridas en la piel pero que en cuyos casos no se descarta que pueda existir alguna lesión osea, articular, tendinosa o incluso neurovascular. Por lo que, de igual manera, deben ser valoradas por un especialista.
Los traumatismos abiertos de mano se refieren a todos aquellos que presentan una herida abierta en la piel, independientemente de las lesiones a los tejidos óseos o blandos que componen la mano. En estos casos, es importante no lavar la herida con soluciones caseras pues en muchas ocasiones pueden dañar los tejidos más que ayudar a su limpieza.
En caso de traumatismo con una herida que este sangrando se deben evitar los torniquetes. Así como el tratar de pinzar o ligar las estructuras al azar, ya que esto puede ocasionar un daño mayor. Lo indicado es tratar de contener el sangrado presionando directamente la herida con una gasa o un trapo limpio y acudir con un especialista.
En caso de una amputación : Presionar la herida del muñon con una gaza o lienzo limpio. Envolver el segmento amputado en una gaza o lienzo limpio y húmedo. Introducirlo en una bolsa de plástico y cerrarla. Meter todo el paquete en un recipiente con abundante hielo.
Debe evitarse hasta donde sea posible el poner la pieza directamente en hielo o en agua, pero sobre todo nunca ponerla en alcohol o formol. Una pieza conservada en frío tiene muchas mayores posibilidades de poder implantarse que una conservada al medio ambiente a reserva de valorarse otros factores que se deben considerar. Por último, es importante que la persona lesionada y la pieza amputada lleguen al mismo tiempo y al mismo hospital.